domingo, 30 de agosto de 2015

Versículos… ¿controversiales? 15° parte



Versículos… ¿controversiales?  15° parte y penúltima
Escrito autóctono

Continuación…


Es difícil para muchos (diría que para todos) asimilar esto. Comprender lo eterno no nos es “computable” desde nuestra mente carnal. La eternidad fue puesta en nuestros corazones dice la Palabra (Eclesiastés 3: 11) pero como un pequeño acceso a la comprensión de lo necesario -al menos- pero jamás de todo cuanto significa según lo recalca el mismo versículo. Depende exclusivamente de Dios. Él se deja conocer hasta donde cada quien pueda y tenga la capacidad pero es Él el que lo hace; nosotros no podemos.

Lo suficiente para salvarnos, el resto lo decide Él.

Por eso ser tenido en cuenta por Dios para recibir su revelación, es algo que debemos agradecerle de todo corazón porque no es nuestro derecho, sino su Gracia.

En vista de todo cuanto he escrito, existen dos preguntas obligatorias que estoy seguro, nos quisieran hacer propios y extraños:

Por qué, -si la iglesia se desvió del diseño original de Dios-…, ¿Cuál es la razón para que Él en tantos cientos de años no se lo mostrara a sus hijos como aparentemente está sucediendo hoy? ¿Acaso tantos millones de cristianos y líderes en el mundo por 17 siglos han estado equivocados en su experiencia de iglesia?

Permitirnos directamente estas preguntas, a no pocos les podría sonar comprometedoras.

Quizá hubiera sido mejor no incluirlas en este escrito, sin embargo, restaría transparencia en lo que queremos compartir.  Debemos abordarlas con total prestancia.

Con toda sinceridad y tal como lo mencioné al inicio de esta serie, no acepto ni asumo que los creyentes hayan estado equivocados, pero no lo digo como un decir o como quien no quiere quedar mal o evitar problemas, sino más bien porque considero que el verdadero creyente guarda una relación con Dios inamovible, independientemente del medio en el cual se encuentra sea este hostil o no, o sin importar cualquier sistema humano dentro del cual estuviere.

Sé que la función del Espíritu Santo ha sido una y otra vez revelar y recordar las Palabras de Cristo en toda la historia de la iglesia hasta nuestros días. Comprendo que Dios ha tenido diferentes procesos para la historia y los tiempos de los hombres, en cuenta su iglesia. Cada uno de esos períodos, han definido las verdades eternas entre los escogidos del Señor para luz a sus respectivas generaciones, indiferentemente de las condiciones que cada una de ellas les hayan permitido pero utilizándolas como vehículos para la extensión que Dios así haya decidido en su sola voluntad.

Creo firmemente que Dios se ha revelado gradualmente en muchos de sus propósitos durante siglos, ya que los hombres nos hemos dado a la tarea de encasillarle conforme nuestras propias formas de percibirlo. Eso ya de por sí representa una barrera que le hemos puesto a Dios por lo que su revelación escasea. Señales de incredulidad  de nuestra parte, diría yo.

Sin embargo Dios, quien ha sido ampliamente misericordioso, no nos ha desechado y cumplirá su propósito mostrándonos su verdad. Tal como un padre natural con sus hijos, estos esperan que poco a poco los pequeños puedan ir aprendiendo en su crecimiento normal. Nadie pretende que los niños actúen, piensen y decidan como adultos. Nadie desecha a sus hijos aún cuando estos estén vulnerables al error o a fallar en lo que deciden.

En el proceso natural de desarrollo, se adquiere la responsabilidad de afrontar cada aspecto de la vida hasta tener la madurez necesaria para repetir el ciclo con los hijos propios que se tendrán en su momento también. Pero la madurez llegará, para algunos de forma más sencilla, evidente y pronta que para otros como también sucede en el plano natural.

Creo que la iglesia se desvió de su propósito original según nos lo confirma la misma historia y de acuerdo a todo cuanto hemos visto, pero aunque parece negativo, todo ha transcurrido según los planes de Dios para finalmente glorificarse sobre todas las cosas como es su intención. Quizá y esa ha sido la forma para filtrar a aquellos que realmente son parte de su pueblo de los que no lo son, sucediendo esto de forma ajena a nosotros, pero controlado totalmente por el mismo Señor.

Una cosa es segura, a Dios no se le ha pasado nada y sigue rigiendo eternamente y para siempre. El cielo y la tierra pasarán pero sus palabras no pasarán.

Continuará…